Sala 7. Epigrafía romana (I)

El conjunto de los epígrafes custodiados en el Museo de Cáceres constituye una colección de primer orden, tanto por la cantidad de las piezas conservadas como por el enorme caudal de información que proporcionan. En esas inscripciones, los nombres de la gens (nomina) y los de las familias (cognomina) permiten rastrear la expansión y la procedencia de los individuos y de las parentelas, así como su dispersión por los alrededores de la colonia o de la provincia o la condición de ciudadano, liberto o esclavo, la presencia de divinidades romanas, grecorromanas o hispánicas, y sus posibles sincretismos, y por supuesto la influencia de emperadores o miembros del ejército, las relaciones familiares y sociales, etc.

Hay inscripciones de muchos tipos, pero fundamentalmente son honorarias, funerarias, votivas y monumentales, además de las de término, los miliarios y similares. Las inscripciones honorarias solían grabarse en los pedestales de las estatuas y en otros monumentos como arcos triunfales o miliarios, y se dedicaban a honrar la memoria de algún personaje, tal como puede verse en la inscripción de Septimio Severo en la Sala 5.

Las inscripciones funerarias se colocaban en los monumentos sepulcrales con el fin de perpetuar la memoria de los difuntos o en otros monumentos erigidos a la memoria de un difunto lejos de su sepultura. Casi siempre se encuentran fuera de las poblaciones, escritas en piedra en las cartelas de grandes monumentos funerarios, en losas empotradas en los muros, en el frente o tapa de los sarcófagos, en cipos en forma de ara o semicilíndricos (cupae), en la superficie de vasos funerarios de piedra o en pequeñas losas colocadas junto al nicho de la urna. En época imperial suelen ir encabezadas con la fórmula D · M  · S (Dis Manibus Sacrum) o con símbolos religiosos o decorativos; además, llevan el nombre del difunto y la tribu de pertenencia acompañado o no de los cargos y honores que ostentó en vida y de su edad, y finalmente una fórmula funeraria que indica que los restos descansan en la sepultura, tal como H ·S · E ·: Hic situs est o S · T · T · L: Sit tibi terra levis. En ocasiones, se añade el nombre de quien erigió o dedicó el sepulcro seguidos de la indicación del parentesco o amistad.

Las inscripciones votivas representan la dedicación a una divinidad de los objetos o monumentos sobre los que están inscritas, se encuentran en múltiples y variados monumentos, así como en vasos y objetos de culto, exvotos, placas metálicas que se cuelgan en los santuarios, pequeños altares domésticos, aras de piedra, etc. Los textos son muy breves, aunque usualmente llevan el nombre del objeto ofrecido y el del oferente, y van encabezados por el nombre de la divinidad en dativo, seguido generalmente por la palabra SACRUM (consagrado) y el nombre del dedicante, con todos o parte de sus elementos, seguidos muchas veces por sus títulos y honores y un verbo que indica la idea de dar, dedicar u ofrecer.

En esta sala se presentan varios ejemplos de inscripciones funerarias, entre ellas la de Cayo Norbano Rufo, de cuarenta años de edad, procedente de Salvatierra de Santiago, fechada en torno a los siglos I-II d. C. Otro ejemplo es la estela dedicada por Elavio Summaco a Elavia Ambasia, que procede de Campolugar, hallada en 1964 junto a un sarcófago y otros restos.

Una inscripción votiva, dedicada a Quinto Verrucio Gemelo y Quinto Verrucio Urbico, procede de Cáceres, donde fue hallada en unas obras realizadas en el Palacio de Ovando, en plena Ciudad Monumental, y del mismo carácter es la dedicada a los dioses Manes por Accia Peregrina, liberta de Marco de 80 años de edad, que se encontró también en las inmediaciones de la ciudad de Cáceres.

En la Sala 7 puede también contemplarse una vitrina que acoge La Pieza del mes, la exposición individualizada de uno de los objetos del Museo acompañado de una detallada explicación que viene realizándose cada mes desde el verano de 1997.


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